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Estimados gerentes: dejen de promover la productividad tóxica. Aquí les mostramos cómo.por@vinitabansal
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Estimados gerentes: dejen de promover la productividad tóxica. Aquí les mostramos cómo.

por Vinita Bansal10m2025/04/09
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Demasiado Largo; Para Leer

La productividad en el trabajo se puede explotar fácilmente. Los gerentes pueden pedir a su equipo que se quede hasta tarde, trabaje los fines de semana y priorice el trabajo sobre los compromisos personales y otras prioridades de la vida. La falsa idea de que dedicar más horas al trabajo producirá mejores resultados puede generar presión y carga innecesarias en el equipo.
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La productividad se puede explotar fácilmente en el trabajo. Los gerentes pueden pedir a su equipo que se quede hasta tarde, trabaje los fines de semana y priorice el trabajo sobre los compromisos personales y otras prioridades de la vida.


Pueden decirles a sus equipos que necesitan esforzarse más, que no están haciendo lo suficiente. Pueden decirles que, para ser productivos, necesitan dedicar más tiempo al trabajo.


Pero la productividad no tiene que ver con la cantidad de horas que trabajas, sino con los resultados que logras.


Mirando la pantalla durante 20 minutos y no poder escribir una sola línea de código.


Asistir a reuniones inútiles una tras otra y luego luchar para terminar el trabajo tarde en la noche.


Trabajando muy duro y aún así preocupándome por quedarme atrás.


El tiempo libre personal está mal visto y viene acompañado de un sentimiento de culpa.


Si este es tu equipo ¡cuidado!


Es posible que su equipo esté trabajando muy duro, pero no esté obteniendo los resultados deseados. La falsa idea de que dedicar más horas al trabajo producirá mejores resultados puede generar presión y carga innecesarias en su equipo.


Si no tienes cuidado con la forma en que te comunicas, colaboras y realizas tu trabajo, puedes promover hábitos improductivos que mantendrán a tu equipo ocupado sin lograr los resultados deseados.


La productividad tóxica (la mentalidad de priorizar el trabajo de forma poco saludable a expensas de la salud mental y el bienestar personal) puede provocar agotamiento, estrés, ansiedad y una menor sensación de eficacia.


El ajetreo es al trabajo lo que navegar por internet es a la lectura. Si sumas todo lo que lees en un año en internet (tuits, publicaciones de Facebook, listas), has leído el equivalente a un montón de libros, pero en realidad no has leído ninguno en un año. En retrospectiva, eso era el ajetreo. Es el máximo esfuerzo invertido en una ganancia mínima. Es una rueda de hámster. Si hubiera dedicado toda esa energía a estudiar, habría obtenido un MBA.

— Trevor Noah


El rendimiento incansable puede convertirse en una obsesión con ocupación —sentir la necesidad de hacer algo constantemente, trabajar largas horas sin tomar descansos e ignorar la necesidad de relajarse y descansar.


La productividad tóxica puede conducir a una espiral descendente en la que su equipo se siente obligado a trabajar más para compensar los sentimientos de incompetencia.


Estar ocupado no hará que tu equipo sea exitoso, valioso ni genere mejores resultados. Deja de asociar largas jornadas y exceso de trabajo con compromiso y éxito.

Deje de modelar comportamientos improductivos

Las personas de tu equipo te admiran y te muestran qué comportamientos son valorados y cuáles son menospreciados.


Cuando modelas conductas que transmiten un impulso incansable para trabajar sin parar, las personas de tu equipo se sienten obligadas a trabajar constantemente también, solo para cumplir con tus expectativas o evitar ser vistas como incompetentes o perezosas.


Por ejemplo, puedes decir cosas como:


No he tenido tiempo de almorzar hoy.


Estuve en llamadas todo el fin de semana.


No he tomado ningún descanso en las últimas 4 horas.


Estuve trabajando hasta tarde anoche preparando nuestra nueva propuesta de contratación.


Decir esas cosas no te convierte en un héroe ni hace que tu equipo aprecie tu esfuerzo; más bien, pone una presión innecesaria sobre ellos para que se esfuercen más allá de sus límites físicos y de su capacidad mental.


Otra forma en que puedes promover inconscientemente tales comportamientos es elogiar a los miembros del equipo que trabajan hasta tarde o parecen estar ocupados todo el tiempo, independientemente de sus resultados o los resultados que logren.


Nos socializan en sistemas que nos hacen conformarnos y creer que nuestro valor depende de cuánto podemos producir. Nuestro trabajo constante se convierte en una prisión que nos permite ser incorpóreos. Nos volvemos fáciles de manipular por los sistemas, desconectados de nuestro poder como seres divinos y desesperanzados. Olvidamos cómo soñar. Así es como continúa la cultura del trabajo duro. Internalizamos las mentiras y, a su vez, nos convertimos en agentes de un estilo de vida insostenible.

—Tricia Hersey


Deja de glorificar la mentalidad del ajetreo, que promueve la productividad tóxica. Busca el equilibrio, no el agotamiento.

Fomentar el establecimiento de límites

Los límites son importantes para el bienestar personal y mental de todos los empleados en el trabajo. Cuando estos Se explotan los límites , la productividad se resiente y el rendimiento disminuye.


Alguien a quien le gusta ir al gimnasio por la noche se sentirá frustrado y molesto si tiene que faltar debido a compromisos laborales todos los días.


Alguien que prefiere cenar con su familia se sentirá insatisfecho si tiene que trasnochar con frecuencia.


Alguien a quien le gusta pasar tiempo con amigos durante el fin de semana se sentirá infeliz y desmotivado cuando se le pida que se presente a trabajar el fin de semana.


Cada persona tiene prioridades diferentes. Pero estas prioridades fuera del trabajo son importantes. Forjan nuestra identidad y definen quiénes somos como personas. Actuar en contra de nuestros valores o no en consonancia con la persona que deseamos ser puede generar dolor y tristeza, lo que puede impedirnos concentrarnos y dar lo mejor de nosotros mismos.


Un equilibrio entre el trabajo y las metas personales hace que trabajar sea placentero y genera una mayor sensación de plenitud vital. Permite realizar más trabajo en menos tiempo, dejando suficiente energía para centrarse en otras áreas importantes de la vida.


Los empleados felices no sólo son más productivos, sino que la energía positiva que irradian hace que quienes los rodean también adopten esa actitud.


Los límites tácitos son invisibles y a menudo suenan como "Deberían haberlo pensado mejor" o "El sentido común diría...". Sin embargo, el sentido común se basa en nuestras propias experiencias de vida y no es igual para todos. Por eso es fundamental comunicarnos y no dar por sentado que las personas conocen nuestras expectativas en las relaciones. Debemos informar a los demás de nuestros límites y asumir la responsabilidad de respetarlos.

— Nedra Glover Tawwab


Para animar a su equipo a definir límites, haga estas preguntas:

  1. Lo innegociable: aquello en lo que no cederán. Si no se cumplen, afectarán significativamente su bienestar.
  2. ¿Cuáles son algunas de las cosas sobre las que son flexibles y están dispuestos a cambiar si la situación lo exige?
  3. ¿Qué tipo de responsabilidades pueden manejar y qué tipo de tareas no se alinean con sus objetivos?
  4. ¿Cuáles son sus límites? Pídales que sean honestos acerca de lo que pueden lograr de manera realista.


Los límites no solo te permiten conocer la vida personal de tu equipo, sino que también crean un ambiente libre de distracciones para concentrarse en el trabajo, ya que ya no tienen que preocuparse por otros aspectos de su vida. Respeta los límites y la productividad tóxica dejará de ser un problema.

Reducir la cultura de las reuniones excesivas

Las reuniones son importantes para coordinar, colaborar, intercambiar ideas y lograr resultados significativos. Pero también pueden ser una excelente forma de matar el tiempo.


¿Cuántas veces has escuchado a tu equipo decir:


Demasiadas reuniones.


No pude hacer nada hoy.


Necesito quedarme hasta tarde porque no tengo tiempo para trabajar durante el día.


La cultura de reuniones excesivas contribuye a una productividad tóxica al consumir tiempo y esfuerzo, tiempo que debería dedicarse al trabajo real. Es frecuente en las organizaciones porque los gerentes no solo terminan dedicando todo su tiempo a reuniones, sino que no toman medidas para garantizar que su equipo no siga las mismas malas prácticas.


Las reuniones son, por definición, una concesión a una organización deficiente: o se reúnen o se trabaja. No se pueden hacer ambas cosas a la vez.

— Peter F. Drucker


Piense en esto: ¿A cuántas reuniones asisten los miembros de su equipo en un día?

  1. ¿Se les obliga a asistir a reuniones donde no aprenden nada ni generan ningún valor?
  2. ¿Convocan reuniones para cuestiones menores o pequeñas discusiones que se realizan mejor por correo electrónico o chat?
  3. ¿Asisten a las reuniones porque les hace parecer importantes?


Asistir a reuniones sin una intención clara es el mayor destructor de productividad. Es un robo de tiempo, un robo que los gerentes tienen la responsabilidad de prevenir.

Haga que la carga de trabajo sea manejable

La productividad tóxica surge cuando los empleados tienen demasiadas cosas que hacer y muy poco tiempo para terminarlas.


Solicitudes puntuales, cambios de última hora, correcciones urgentes de errores, problemas de producción y muchas otras cosas similares llegan sin previo aviso. No solo alteran un cronograma bien planificado, sino que aceptarlas sin analizar su impacto en los compromisos previos genera una acumulación de trabajo que resulta en una productividad tóxica.


Con fechas límite a la vuelta de la esquina y demasiado por hacer, los empleados no tienen más opción que trabajar horas extra para recuperar el tiempo perdido. Creen que simplemente dedicar más horas al trabajo les ayudará a ponerse al día, pero trabajar muchas horas solo los retrasa y no acelera el proceso.


En el trabajo del conocimiento, aceptar un nuevo compromiso, ya sea una tarea menor o un proyecto grande, conlleva una cierta cantidad de gastos administrativos. Estos gastos se activan en cuanto se asume una nueva responsabilidad. Con cargas de trabajo moderadas, este efecto puede ser frustrante: una sensación general de que completar el trabajo lleva más tiempo del debido. Sin embargo, a medida que aumenta la carga de trabajo, estos gastos administrativos eventualmente superarán un punto crítico, más allá del cual los esfuerzos logísticos consumirán tanto tiempo de la agenda que no se podrán completar las tareas antiguas con la suficiente rapidez para mantenerse al día con las nuevas. Finalmente, la única solución es trasladar el trabajo real a sesiones puntuales fuera del horario laboral (por las tardes y las madrugadas, o durante el fin de semana), en un intento desesperado por evitar el colapso total de toda la producción útil. Estás más ocupado que nunca y, sin embargo, apenas logras hacer nada.

—Cal Newport


Hay una diferencia entre establecer metas ambiciosas que impulsen a tu equipo a la excelencia y ser poco realista en cuanto a lo que pueden lograr. Las cargas de trabajo poco realistas afectan el bienestar mental y la productividad.


En lugar de dejar a su equipo luchando con su carga de trabajo, desempeñe un papel activo para ayudarlo a gestionarla.

  • Realice reuniones periódicas para comprender su carga de trabajo y qué tan seguros se sienten acerca de lograr sus objetivos.
  • Discuta los desafíos y las estrategias para seguir avanzando.
  • Identificar cambios en las prioridades, si las hubiera, para dar cabida a actividades no planificadas.
  • Habilítenlos para decir no al trabajo que no se alinea con sus objetivos.


Los horarios no pueden ser rígidos. Todos lo entendemos. Sin embargo, la flexibilidad no debería significar aceptar cada vez más trabajo sin adelantar nada. Negocie con firmeza con sus partes interesadas. No ceda a todas sus exigencias.

Promover la incorporación de descansos

Cuando nos sentimos estancados (con un problema difícil sin solución a la vista, un fragmento de código que no funciona, sin capacidad de pensar creativamente), creemos que esforzarnos más nos ayudará a superar un impasse.


Pero la solución para despejar el camino mental deseado no es seguir trabajando; hacer la conexión correcta en nuestro cerebro requiere tomar un descanso.


Obligar a tu equipo a trabajar cuando se siente estancado no es productivo. Obligarlos a sentarse durante largas horas no genera conocimiento; solo reduce la probabilidad de encontrar una solución o, peor aún, hace que tu equipo se conforme con una opción mediocre.


No sólo la confianza y la moral de tu equipo se ven afectadas, sino que también tienes que vivir con una decisión subóptima.


Obligar a tu equipo a trabajar horas agotadoras no les ayuda a alcanzar sus objetivos más rápido. Incorporar pequeños descansos a su rutina sí lo hace. Los hábitos saludables contribuyen en gran medida al éxito de un equipo.


Cuando te quedes atascado, haz algo totalmente diferente durante unos segundos. Luego, vuelve al problema y observa qué sucede. Preveo que notarás que a veces la corteza prefrontal, tu capacidad de procesamiento consciente, es el problema en sí misma. Elimínala y encontrarás la solución.

— David Rock


Levantarse del escritorio a intervalos regulares mientras se trabaja puede parecer lo más obvio. Sin embargo, la mayoría de la gente trabaja largas horas sin parar. Predica con el ejemplo. Fomenta hábitos saludables.

Resumen

  1. Los gerentes que presionan a su equipo para que trabaje muchas horas o los mantienen siempre alerta convierten la productividad en toxicidad, lo que los frena y no los ayuda a alcanzar sus objetivos.


  2. Tu equipo observa muy de cerca lo que dices y haces. Establecen lo que se espera de ellos, no solo a partir de los objetivos que estableces, sino también de lo que dices y haces. Tus palabras y acciones transmiten expectativas silenciosas. Los hábitos laborales tóxicos que adoptas se transmitirán a tu equipo. Para eliminar la productividad tóxica, da un buen ejemplo a tu equipo. Sé un modelo a seguir positivo.


  3. Tu equipo tiene vida fuera del trabajo, lo cual es igual de importante. Relegar todas sus prioridades personales a un segundo plano para dedicarles más tiempo puede generar insatisfacción, infelicidad, frustración, enojo y arrepentimiento. Una vida equilibrada aumenta la productividad al eliminar las distracciones de las emociones negativas y los sueños y deseos incumplidos. Combate la productividad tóxica animando a tu equipo a establecer límites y asegurándote de que se respeten.


  4. Las reuniones consumen tiempo y energía cuando los miembros de tu equipo no prestan atención a cuáles valen la pena y cuáles deben evitarse. Las agendas abarrotadas de reuniones innecesarias dejan menos tiempo para el trabajo importante. Con el tiempo, necesitan trabajar hasta tarde por la noche y, a veces, los fines de semana para cumplir con los compromisos adquiridos con anterioridad. Minimiza la productividad tóxica asesorando a tu equipo para que limite el tiempo dedicado a las reuniones y así tener tiempo suficiente durante el día para trabajar en asuntos importantes.


  5. Independientemente de lo bien que planifique inicialmente, surgirán novedades durante la fase de ejecución. Estos cambios, tareas u otros requisitos adicionales, sumados a una carga de trabajo ya sobrecargada, pueden añadir una enorme presión al equipo. No espere que su equipo se adapte a todo sin realinear ni reorganizar las prioridades. Las cargas de trabajo poco realistas no son sostenibles a largo plazo.


  6. Cuando tu equipo se enfrenta a obstáculos y desafíos en el camino, ¿suelen trabajar horas agotadoras buscando desesperadamente una solución? Una mente y un cuerpo cansados no pueden conectar sus mentes para extraer nuevas ideas o encontrar soluciones creativas. En lugar de presionarlos en esos momentos, anímalos a tomarse un descanso. Fomenta hábitos saludables. Desalienta las malas prácticas que perjudican su productividad y comprometen su bienestar mental.


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